viernes, 30 de septiembre de 2011

El sabor del sudor del esfuerzo


Los que bien me conocen, saben de mi afición por el ciclismo. A veces pienso que para practicarlo hay que estar algo mal de la cabeza.

Un día cualquiera de agosto, en Bellver de Cerdanya, suena el despertador: las 8:30. Que ilusión que hace levantarse cuando uno va a hacer algo que le gusta. 12ºC grados fuera, coño, hace rasquilla. En 15 minutos estoy disfrazado y desayunado. Me monto encima de la bici. Sólo las almas madrugadoras pasean a estas horas. Media hora más tarde, estoy subiendo cualquier “coll de muntanya” que haya cerca. Voy mirando el cronometro para batir mi propio récord. Puedo hacerlo. Me duelen las piernas. Siento los latidos del corazón en mis sienes. Me levanto para “lanzar la bici” (coger un poco más de velocidad). Ya falta poco: cada pedalada es ya una puñalada. Me duelen las piernas, me falta el aire. Sigo subiendo y parecía que quedaba poco. Al fin llego, dejo la bici en el suelo, me siento a que me bajen las pulsaciones, mientras miro el cronómetro. ¿Hay récord? Genial. Que no, pues tambien genial.

No es racional. Cuando te subes en la bici, sabes que lo vas a pasar mal. Vas a exprimirte, hasta que las piernas te digan basta. ¿Y entonces? Le pides a las piernas otro golpe de pedal. Una pedalada más hacia el dolor, una menos hacia la gloria. Para colmo de males, cuando peor están las cosas más te motivas. Si está nublado, bueno. Si está lloviendo, mejor. Si hace frío, mejor aún. 

Después de un rato de descenso, llego a casa. Me meto bajo la ducha. Siento el agua en la coronilla. Cerrando los ojos, levanto la vista hacia la ducha: el agua cae sobre mi rostro, mientras me relamo los labios salados. Ése es el sabor del sudor del esfuerzo y sabe a gloria.

Aparte de conocer mi cuerpo en la bici, también he forjado grandes relaciones. Cuando vas tan al límiten no puedes fingir, eres tú mismo, así es más fácil conocerse.

PD: He escrito, reescrito, vuelto a escribir y vuelto a reescribir este post muchísimas veces. Espero que alguien haya vislumbrado lo que quería llegar a decir.

martes, 27 de septiembre de 2011

Maquillaje social


Cuándo se creía que la Tierra era plana, cuándo aún no había escritura, cuándo una ardilla podía cruzar España de punta a punta sin tocar el suelo; pasar por un parto era exponerse a morir. Se dice que fue entonces las mujeres idearon el maquillaje, para poder atraer a los hombres los días menos fértiles de su ciclo menstrual (no tengo ninguna fuente que lo verifique, pero me gusta creerlo).


Esta pequeña anécdota me sirve para dar pie a todas las adaptaciones que hacemos para encajar en la sociedad y si son necesarias o no. Creo sinceramente que todos queremos pertenecer a un grupo en el que sentirnos aceptados, respetados y valorados en él (tercer escalón de la pirámide de Maslow).  Esto puede llevar a casos en que la persona se diga:

A veces no soy yo. Busco un disfraz mejor.  Vetusta Morla (Valiente)

Así pues al encajar en este gran grupo que es la sociedad, tendemos a entrar en unos parámetros estándar. La sociedad estandariza todo lo que nos rodea:
  • Nuestra forma de vestir: le llamamos moda.
  • Nuestra forma de actuar y comportarnos: le llamamos normas de comportamiento o protocolo, que nos inculcan desde niños por el método “- esto no se hace    - ¿por qué?     - porqué no”, “tú ves a alguien comportándose como tú”
  • Nuestra forma de entender la belleza, sólo hay que ver como los estereotipos de belleza han variado a lo largo del tiempo. Antes las chicas atractivas eran aquellas que estaban blancas, ahora todo el mundo a tostarse al sol.
Yo rompo una lanza a favor de todos aquellos que no son como la sociedad les ha marcado el camino, aplaudo a los intrépidos que buscan nuevos caminos, felicito a los que se ríen del camino. En una frase de película me encantan las personas que son ellas mismas, que son originales. La mayoría de estas personas miden por debajo de metro y medio, cuentan sus años con las dos manos y los llamamos niños. Es seguramente por esta razón que los niños me gustan, son originales; y cuando yo mejor me lo paso, es cuando hago criaturadas y me comporto como un niño.

Visto de otra forma lo podéis ver esta columna de La Vanguardia realizada por Jaime Serra, sociólogo:


 
 


Y cómo concluye:

Una sociedad sin excéntricos no se mueve, y queda condenada a girar en torno de la autocomplacencia hasta morir de aburrimiento.

Seamos un poco excéntricos. (tal vez los que leáis esto ya lo sois, porque mira que ponerse a leer este blog jajaja).

jueves, 8 de septiembre de 2011

¡Cuánto tiempo!

El ritmo del tiempo
¡Un mes sin postear! ¡Cuánto tiempo! Aunque bueno, no ha sido por falta de ganas sino por falta de tiempo. He estado de viaje, y he pasado una semanita por Manhattan, durante la que no pude acostumbrarme al constante ir y venir de la civilización: todos a un ritmo incansable, muchos de ellos disfrazados como en las películas: traje, café en una mano, maletín en la otra. La sensación es que el tiempo vuela en la Gran Manzana. 

Tan sólo días después me encontraba en el pueblo, en Bellver de Cerdanya, pedaleando hacia un pueblo que se llama Éller, previo paso por Cortàs. Al llegar a Cortàs, me encontré otro ciclista que me avisó que el piso hacia Éller estaba en muy malas condiciones. A medio camino tuve que echar pie a tierra para sortear el “asfalto”. Cuando conseguí llegar a Éller, pude escuchar el silencio. Ya en Éller, me paré a descansar y puedo asegurar que el tiempo no pasa igual de rápido que en Nueva York. El ritmo de Éller es pausado y reposado, el de Nueva York alocado y histerizante.

Digno de mención es también como en lugares muy australes o muy septentrionales, la sensación del paso del tiempo es distinta según las estaciones ya que los inviernos soncomo vivir en una cueva, y los veranos están casi todo el día expuestos al sol. Este fenómeno no es tan acusado en nuestras latitudes.

¿Qué es el tiempo?
Un día de finales de agosto, volviendo en el tren hacia casa, mi hermana hizo una disquisición sobre el tiempo que jamás había realizado yo: el tiempo  es una ilusión creada por la mente humana. Podemos distinguir la vida de la muerte, el día de la noche, porque se contraponen. ¿Qué se contrapone al tiempo? La inexistente eternidad.  Eso mismo quiso plasmar Dalí en el que probablemente sea su cuadro más famoso, La persistencia de la memoria. En este cuadro vemos como los relojes (el tiempo) se funden.




 A mí me gustaría añadir, que el tiempo son los recuerdos, ya que sin ellos, no tendríamos sensación de ver el tiempo pasar. Sin capacidad para recordar no existiría el tiempo (al menos para nosotros, pero para las ciencias sí). Lo que recordamos configura el pasado, mientras que el futuro consiste en esos sucesos que no pueden ser recordados. 

Otra obra que conozco que hacen referencia al tiempo es El curioso caso de Benjamin Button, novela de Scott Fitzgerald llevada al cine hace solamente unos años.  Trata de un hombre que nace viejo y con el tiempo rejuvenece. No he leído el libro, pero sobre la película os puedo decir que sólo merece la pena la última hora aproximadamente… Se hace bastante aburrida.

La paradoja de los gemelos y la dilatación del tiempo
La paradoja de los gemelos fue propuesta por Einstein al desarrollar lo que hoy se conoce como la relatividad especial. Postula que la medida del tiempo no es absoluta, y que, dados dos observadores, el tiempo medido entre dos eventos por estos observadores, en general, no coincide. La paradoja en sí: existen dos gemelos; el primero de ellos hace un largo viaje a una estrella en una nave espacial a velocidades cercanas a la velocidad de la luz; el otro gemelo se queda en la Tierra. A la vuelta, el gemelo viajero es más joven que el gemelo terrestre. ¿Cómo es posible?

Esto es debido a que el tiempo propio (el tiempo medido para un observador que está viajando por el espacio-tiempo a una cierta velocidad) del gemelo de la nave espacial va más lento que el tiempo del que permanece en la Tierra y, por tanto, el de la Tierra envejece más rápido que su hermano.
La fórmula que explica este fenómeno es la fórmula de la dilatación del tiempo.

v= velocidad relativa entre los dos observadores
c= velocidad de la luz

Si el gemelo que viaja fuese a un 99% de la velocidad de la luz, cuando para el haya pasado un año, en la Tierra habrán pasado 7,08 años.


Curiosidades sobre la organización del tiempo
Son distintas según la cultura, así no hay una organización estándar:

  • El año nuevo chino no tiene una fecha fija, ya que es variable según el calendario lunisolar, tan celebrado día varía entre el 21 de enero y el 21 de febrero.
  • El calendario romano, es el que usamos nosotros, pero adaptado y ha sufrido varios cambios desde el primer calendario. Así al principio, había 10 meses y septiembre correspondía al séptimo mes, octubre era el octavo, noviembre se corresponde  al noveno mes y diciembre al décimo.
  • El día, en el calendario hebreo, comienza con la salida de 3 estrellas, y culmina con el ocaso. En nuestro calendario gregoriano se inicia con la medianoche y acaba con la medianoche.
  • Si el cambio de la prehistoria a edad antigua se da con la escritura, aún hay tribus que están en la prehistoria.

Opinión libre
Aquí dejo ir una parte de opinión, tal vez un poco alocada: creo que habría que cambiar las medidas del tiempo. Seamos realistas: ¡es todo lo contrario a lo práctico! Si usamos todas las escalas en sistema decimal, ¿porqué usar el sistema sexagesimal para el tiempo?… No es muy lógico que cada 60 segundos sea un 1 minuto, y cada 60 minutos, una hora; 24 horas un día… Más teniendo en cuenta que son 100 las centésimas para llegar al segundo…  Yo creo que las medidas del tiempo deberían ser todas decimales, como todas las demás medidas del mundo.

PD: como siempre todos aquellos que queráis saber más, la wikipedia tiene (casi)  todas las respuestas.