jueves, 16 de septiembre de 2010

Miedo a saber demasiado

Estudio Ciencias Biomédicas porque me encanta el cuerpo humano. Me fascina. Me parece increíble en lo que la evolución nos ha convertido. Si dentro del universo del cuerpo humano (cuando digo universo, es porque es tan grande y complejo) hay algo que me alucina es el cerebro: millones de neuronas en contacto que son capaces de recibir, crear y emitir otro universo de respuestas. Yo escribo aquí mis pensamientos, que vienen a ser, impulsos neuronales, alguien lo recibirá y lo analizará y emitirá una respuesta (espero que positiva)...  

Ahora mismo en el campo que estudio se descubren con cierta frecuencia moléculas que son precursoras de enfermedades, moléculas que predisponen a tener una característica concreta, moléculas que .. Cogemos a un humano y lo destripamos a fondo, intentamos conocer sus moléculas, cómo interaccionan entre ellas, qué efectos tienen en exceso/en defecto... La parte que verdaderamente me asusta es que dentro de unos años conozcamos lo suficiente el cuerpo humano para recetar la felicidad. Tal vez dentro de unos años tengamos la receta de la felicidad.  ¿Alguien puede imaginar lo que pasaría entonces?  Considero que hoy en día nos movemos para ser felices, ya que creo que tenemos las necesidades básicas cubiertas, por lo menos muchos de los que ahora podemos estar delante de éste post (un día hablaré sobre la pirámide de Maslow, que clasifica la motivación humana) así que los valores de nuestra sociedad quedarían obsoletos, se desvanecerían. Luchamos para conseguir la felicidad y si ya la tienes garantizada, ¿por qué luchas? ¿Qué valores habrá en esa sociedad futura?

Mientras yo reflexiono sobre la receta de la felicidad, alguien se me ha avanzado. Ya existe en Barcelona una tienda, "Happy pills", que vende golosinas para adultos (ése es su target) y también niños. Encontramos píldoras contra los lunes, contra el precio de la vivienda, contra la dieta de la piña, contra los amigos invisibles sin imaginación o contra los domingos sin fútbol... Para ellos la receta de la felicidad es:


No sé si debería ir a buscar las píldoras contra las comidas de coco, pues después de un buen rato escribiendo esto, me siento orgulloso. Tal vez en la receta de la felicidad debería aparecer el escribir de vez en cuando.

PD: Releyendo el post, me doy cuenta, que este post deja muchos interrogantes que intentaré resolver en el siguiente post. Me explico, alguien que ahora mismo es feliz (yo), ¿por qué lucha? ... ¡La respuesta en el siguiente post!

10 comentarios:

  1. Luchas por seguir siéndolo. La felicidad no aburre. :)

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  2. http://felicidad.com/
    Frases célebres en torno a la felicidad, a su búsqueda y a su pérdida...

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  3. Tatiana Álvarez Giovannucci29 de septiembre de 2010, 10:57

    Yo aportaré el granito negativista a la disertación, va...
    Primero, ¿la receta de la felicidad es posible? Sé que sólo es el asunto sobre el que asientas la base para llegar a donde realmente qieres, pero esq yo también me lo he planteado. Mirándome la Pirámide de Maslow... ¿puede, por ej., descubrirse que tal enzima cataliza la fosforilación de tal proteína que hace q se liberen tales neurotransmisores que provocan una sensación de bienestar que hace que confíes en ti mismo? JO-DER. Brutal. Pero...qué felicidad más artificial, no? (Curioso que diga artificial, visto que sería lo más natural, lo más fisiológico). El día q tengamos ese poder, como bien dices, deberíamos asustarnos. No sé si has visto la peli de Eternal Sunshine of the Spotless Mind.
    En todo caso. Si lo consiguiéramos, no seríamos felices. Esa pirámide no se desvanecería, sino que se reformaría: el ser humano es infinitamente curioso, insaciable. Nunca tiene suficiente. Así que, yo lo q supongo es q, a pesar de conseguir una sensación fisiológicamente de bienestar continua, lograríamos menospreciarla.
    PD: Yo haría una entrada sobre que en el segundo eslabón de la pirámide se halle la necesidad de una seguridad sobre la propiedad privada.

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  4. Creo que Tatiana ha respondido en parte a Carlos, cuando tienes algo, dejas de apreciarlo hasta el punto de olvidarlo y entonces ¿porque lucharíamos?. Haber si consigo desmarañar esta incógnita en futuras entradas (ya os aviso que será una pirámide de Maslow reformada, cómo bien apunta Tatiana).

    Muchas gracias a todos por pasaros a comentar, no sabéis la ilusión que hace pasarte por el blog y ver comentarios; y es que sois vosotros los que le dáis "chispa" a ésto.

    @Anónimo: Cómo has encontrado mi blog? Me he pasado por tu web y me ha parecido un buen sitio para pasarse y coger citas para escribir por aquí, de ésas con las que la gente se queda pensando.

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  5. Ya que te hace ilusión, comentaré aquí lo que seguramente ya te habré dicho en otros momentos y de paso me uno al debate que se ha abierto.

    Estoy de acuerdo con Carlos; si un ser humano consigue llegar a la felicidad por sus propios medios, es decir, si la felicidad es el premio a sus esfuerzos, lucharà para mantener este sentimiento. La felicidad, creo yo, no es un estado que, una vez conseguido, dure para siempre. Por poner un ejemplo, si eres feliz y se muere un ser querido no serás otra vez feliz hasta que con un esfuerzo superes la pérdida. Por lo tanto la felicidad se tiene que buscar día a día, en cada momento, y esta es una tarea que nunca acaba. Es por esto que estoy de acuerdo con su afirmación.

    Por otro lado, Tatiana ha analizado más la posibilidad de si seria possible ser felices si tuvieramos algun tipo de avance científico que nos acercara a la felicidad con una pastilla. Al igual que ella, creo que eso no provocaría la felicidad, sino más bien una extranya sensación de insatisfación. El ser humano necesita retos, necesita autosuperarse cada día un poco más. Si la felicidad fuera artificial (o física, según su explicación) dejaría de ser un objetivo tan ansiado y cobejado, porque una parte de la felicidad consiste en saber llegar hasta ella, en obtenerla como premio a tus penas y malos momentos.

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  6. Me gusta el punto que ha aportado Marta sobre la lucha constante sobre la felicidad, que podríamos comparar con una planta que hay que regar bastante a menudo. Tal vez Carlos ya lo había expresado, pero ésta ha sido más explicita.
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    Añado un vídeo que he visto hoy que se puede relacionar con todo lo hablado:

    Redes 2.0 - 1: Manipular el cerebro
    http://www.youtube.com/watch?v=e2y6corSzFw

    A partir de 3:15 (hasta 7:15) en éste video se plantea una situación futura, en que una chica se plantea modificar su cerebro, para conseguir algo (no se especifica), como añaden hacia el final "Comprar inteligencia, es de tontos".

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  7. Uf, me paso por aquí después de mucho tiempo, y lo hago para responder a Tatiana.

    En el supuesto de la felicidad inducida del que hablabas, has afirmado que "el ser humano es infinitamente curioso, insaciable", de manera que "lograríamos menospreciar" esa sensación de bienestar. Pues bien, cierto es que no sería lo mismo esa artificial sensación de bienestar que disfrutar de la verdadera felicidad, como un merecido premio al final de un largo camino.

    Hasta aquí todo es ideal, incluso moralmente correcto, añadiría. Pero cuando comentas que el ser humano es insaciable, no puedo evitar pensar que atribuimos a nuestra especie cualidades propias de unos pocos individuos excepcionales. Me explico: muy a mi pesar, estoy más que convencido que el 99% de la sociedad, conformista y sedentaria, aceptaría complacida esa receta de la felicidad, y no pediría nada más.

    Lamentablemente, creo que la receta de la felicidad... funcionaría: "No será lo mismo que esa sensación real de la que habláis, vale, pero oigan, ¿para qué mover un dedo en comprobarlo, si yo ya soy "feliz"?"

    Pero bueno, dejándonos de supuestos, me reafirmo en mi comentario anterior, que la salsa de la vida está en no dejar nunca de reinventarnos en nuestra búsqueda de la felicidad.

    Saludos!

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  8. la felicidad es una actitud hacia lo q nos rodea!! se puede vivir el placer con infelicidad y el sufrimiento con felicidad, la felicidad es la actitud contemplativa hacia nosotros y lo que nos rodea.

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  9. Interesante opinión. Es otra corriente de pensamiento el definir la felicidad como una actitud y no como un estado de ánimo. Pero yo no lo acabo de ver claro. A ver si me inspiro y hago un post enfrentando estas dos ideas.

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  10. Bueno, parece que me uno un poco tarde a este debate... Ferran, dijiste que comentáramos si nos apetecía y, aunque no se si tendrá mucho sentido hacerlo después de tanto tiempo desde que se publicó, ahora me apetece. Me ha parecido interesante la discusión, pero me gustaría dar un punto de vista que a lo mejor no os gusta, porque a mi tampoco me satisface. Primero, creo que todos estaremos de acuerdo con que la sensación de felicidad no es más que un conjunto de reacciones químicas que se dan en nuestro cerebro. La teoría aceptada por la comunidad científica es que es algo completamente físico, pese a la complejidad de la maravillosa sensación que nos invade. No es el momento de discutir sobre el alma y la metafísica, así que, coincidiendo en lo que llevo escrito: ¿Qué diferencia habría entre una felicidad alcanzada mediante la administración de compuestos químicos y la felicidad ''real'' de la que habláis? Quiero decir, si conseguimos provocar esa reacción de forma artificial, la sensación que sintamos será exactamente igual, ya que todo es química y física y el proceso será idéntico. Podemos a entrar a valorar la ética, podemos pensar que es imposible producir una reacción tan similar, pero, si se consiguiera, no creo que hubiera ninguna diferencia. Respecto a la insatisfacción, ¿no es esta contraria a la felicidad? ¿No es otra reacción química diferente, incompatible con la que produciríamos? Pienso que si controláramos el cerebro tan finamente, por muy poco romántico que sea, no habría insatisfacción ni sufrimiento con nuestra nueva felicidad, porque al igual que esta, todo lo demás también es química, y lo estaríamos evitando con la misma ''pastilla''. Aún así, no se si me la querría tomar... De hecho, hay drogas que no se alejan tanto de esto que estamos hablando, el problema es la adicción, los efectos secundarios y, sobretodo, la dignidad personal, el querer crecer, aprender por uno mismo.

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